El Gran Maestro Chileno JAVIER CAMPOS MORENO nos ha enviado un documento con sus reflexiones en relacion a la participacion Chilena en la reciente OLIMPIADA MUNDIAL DE AJEDREZ realizada en Khanty-Mansiysk en los meses de Septiembre y Octubre pasado.

Compartimos en nuestro sitio estas observaciones que nos parecen muy interesantes.

Reflexiones de la participacion Chilena en las Olimpiadas de Ajedrez 2010

Por Javier Campos Moreno, Gran Maestro de Ajedrez - Tercer Tablero del equipo Chileno.


Formé parte de la delegación chilena que participo en la 39th. Olimpiada de ajedrez que se disputó en Khanty-Mansyisk, Rusia.

El objetivo de mis reflexiones es aportar un poco más de información a los ajedrecistas chilenos para que tengan una visión más precisa de lo acontecido, y que ésta nos sirva de referencia para próximos eventos.

La delegación chilena estaba formada por un equipo femenino y otro masculino. Mis opiniones se referirán al equipo masculino. Respecto al equipo femenino, considero que las jugadoras y su capitán son los más indicados para profundizar sobre su actuación.  Seguramente darán su opinión y la misma debe considerarse como la única referencia absolutamente correcta.

La clasificación final (CF) del equipo femenino fue en el lugar 63, y partía con el número 75 de ranking inicial (RI). El RI es la media de Elo de los componentes del equipo.

Mi opinión es que la clasificación final del equipo femenino cumplió las expectativas deseadas y la considero una actuación buena. Es un equipo con nula experiencia internacional, pero joven. La juventud del equipo nos asegura buenas expectativas de futuro. Considero que las siguientes pruebas internacionales en qué el equipo participe serán, en realidad, su punto de comparación.

Actuación del Equipo Masculino

La clasificación final del equipo fue en el lugar 53, y partía con el número 51 de RI.

1ª. Ronda              Chile – Pakistán                                  3,5 – 0,5

 2ª. Ronda              Chile – Austria                                       3 – 1

 3ª. Ronda              Estados Unidos – Chile                           3 – 1

 4ª. Ronda              Alemania – Chile                                 2,5 – 1,5

 5ª. Ronda              Chile – Turquía                                   2,5 – 1,5

 6ª. Ronda              Serbia – Chile                                        3 – 1

 7ª. Ronda              Chile – Líbano                                    3,5 – 0,5

 8ª. Ronda              Portugal – Chile                                     1 – 3

 9ª. Ronda              Chile – Islandia                                      3 – 1

 10ª. Ronda            Chile – Rusia 2                                      1 – 3

 11ª. Ronda            Moldavia – Chile                                    3 – 1

 

1r. Tablero             + 2

2º. Tablero            = 0

3r. Tablero             + 3

4º. Tablero            - 1

 Total encuentros:   11               + 6    = O    - 5

 Total partidas:       44               + 16  = 16  - 12

 Mi opinión es que la CF del equipo no cumplió las expectativas deseadas, y la considero una actuación regular. Nuestro equipo es experimentado en competiciones internacionales, pero con una media de edad algo elevada.   

 Estos fríos números explican nuestra CF. Pero necesitamos profundizar en las causas para poder comprenderlos. No es lo mismo finalizar en un puesto determinado, ganando o perdiendo las dos últimas rondas.

 En cualquier competición individual o por equipos, lo que marca que una actuación sea mejor que otra, además de acercarnos a los primeros lugares, es la fuerza de nuestros rivales.

 En los 11 encuentros nos enfrentamos a 7 equipos que nos superaban en ranking y sólo a 4 con un ranking inferior. Destacamos dos puntos:  

 1.    Desequilibrio de fuerza.

 Nos enfrentamos a dos equipos claramente inferiores a nosotros, Pakistán (RI 123), y Líbano (RI 99), y a dos equipos claramente superiores a nosotros, Estados Unidos (RI 9), y Rusia 2 (RI 4).

 Cualquier resultado diferente al que se dio en estos encuentros, habría sido una sorpresa. Aunque las perspectivas que podamos vencer o empatar con los equipos superiores están mucho más cerca de concretarse. De hecho, el resultado en contra de 3 a 1 contra Estados Unidos, es engañoso respecto a lo que ocurrió en los tableros.

 2.    Fuerzas equilibradas.

 Nos enfrentamos a siete equipos más parejos. Sólo Serbia (RI 21) y Moldavia (RI 31), rompían algo este equilibrio, contra los cuales perdimos. Los dos equipos un poco inferiores a nosotros, Portugal (RI 59) e Islandia (RI 54), vencimos. Los tres restantes, Austria (RI 45), Alemania (RI 42) y Turquía (RI 50), sólo perdimos ante Alemania.

 Los 4 equipos inferiores de ranking que nos enfrentamos, vencimos con claridad. Los 7 equipos que nos superaban en ranking, ganamos 2 y perdimos 5.

 Para mejorar nuestros resultados futuros tenemos que centrarnos en analizar fundamentalmente nuestras derrotas. 5 encuentros perdidos es un número muy elevado, al igual que nuestras 12 derrotas individuales.

 Rusia 2 y Estados Unidos están aún lejos de nuestro nivel. Ambos encuentros los perdimos 3 a 1, pero estuvimos muy cerca de reducir ese resultado.

 El encuentro ante Estados Unidos en la tercera ronda, nos tenía muy ilusionados. Incluso presentí que podíamos vencer. Iván, con las piezas negras, tenía una posición muy aguda que prometía una lucha de difícil pronóstico, pero permitió una ruptura que debilitó considerablemente su rey, y nada pudo hacer ante el ataque decisivo del rival, uno de los mejores jugadores del mundo. Rodrigo jugó muy sólido. En ningún momento pudo crear problemas a su rival. Incluso, al final, tuvo que jugar con mucha precisión para no quedar inferior. En mi partida elegí una línea muy combativa, y ante la presión de mi rival, tuve que entregar un peón para crear contrajuego. Cuando menos me gustaba mi posición, mi rival jugó pasivo y me permitió capturar la iniciativa. Los siguientes errores del contrario me llevaron incluso a tener clara ventaja, pero no supe materializarla. Hugo, en plena apertura, se encontró en una posición muy difícil y sin ninguna posibilidad. No sé realmente qué le pasó, seguramente se confundió de variante. 

 En la décima ronda perdimos claramente ante Rusia 2. Iván alteró erróneamente el orden de una variante, y se quedó sin ninguna posibilidad de desequilibrio. Rodrigo tuvo un mal día. No encontró ningún plan creativo y no supo reaccionar adecuadamente. En mi partida no pude conseguir más que un leve control de la posición, y aunque intenté desequilibrarla, nunca logré ni siquiera una leve ventaja. Hugo, con las piezas negras, jugó muy creativo y consiguió una posición muy interesante. Pero permitió una liquidación de piezas en la cual quedó muy pasivo, y nada pudo hacer para evitar la derrota.

 Alemania, Serbia y Moldavia son, a mi juicio, los encuentros que al final van a ubicarte en una mejor o peor clasificación, porqué en futuras Olimpiadas, nos seguiremos enfrentando a un número superior de equipos con mejor ranking que nosotros. Nuestras posibilidades de vencer y mejorar nuestra clasificación, serán producto de resultados contra equipos como los que estamos analizando. Y sólo una actuación muy destacada nos hará enfrentar a un solo equipo inferior a nosotros, el contrincante de la primera ronda.

 La derrota contra Alemania, en la cuarta ronda, fue por la mínima. Contribuí a la misma, con el error más escandaloso de todas mis olimpiadas. En una posición con las piezas negras, en que ya había neutralizado la iniciativa de mi rival, y podía pensar en un cómodo equilibrio, aspirando incluso a algo más, encontré e hice la única jugada perdedora. Iván, con las piezas negras, no tuvo ningún problema para igualar. Rodrigo perdió el rumbo de la partida, quizá producto de mi temprano error, pero se recuperó y con mucha energía y creatividad consiguió una de las mejores victorias del equipo chileno. Eduardo, en una partida totalmente equilibrada, fue cediendo paulatinamente la iniciativa a su rival, cediendo la igualdad. Perder el encuentro fue muy doloroso, ya que nuestras perspectivas de victoria eran claras.

 Alemania es un referente en el ajedrez actual. Este año presentó un equipo muy joven.   

 La derrota contra Serbia en la sexta ronda, por 3 a 1, nos alejó momentáneamente de los primeros lugares, y nos envió a enfrentarnos a equipos de peor ranking (Líbano en la séptima,  Portugal en la octava e Islandia en la novena). Iván, una vez más con negras, demostró su buena preparación obteniendo unas tablas sin apuros. Rodrigo jugó muy creativo, entregando una pieza para debilitar el rey contrario, consiguiendo una posición muy prometedora que exigía un cálculo preciso. Pero al no encontrar la continuación que exigía la posición, la victoria se convirtió en derrota. Mi partida fue bastante imprecisa. Ambos cometimos errores, pero un absurdo cambio de damas por mi parte, cuando mi posición era superior, me condujo a un final muy inferior. La partida de Eduardo fue tranquila y en todo momento controló la velocidad, llegando a un final muy equilibrado. A destacar que su rival lo superaba, aproximadamente, en 300 puntos Elo. A pesar del resultado final, tuvimos perspectivas de vencer, aunque no tan claras como contra Alemania.

 Finalmente, la derrota contra Moldavia en la última ronda, fue definitiva para nuestra clasificación. La última ronda siempre es terrorífica. El triunfo te encumbra y la derrota te hunde. No olvidemos que en la novena ronda estábamos clasificados en el puesto 23, y nuestra derrota contra Rusia 2, en la décima ronda, nos condujo al puesto 34. Las derrotas en las dos últimas rondas destrozaron todo lo que habíamos hecho anteriormente.

 Contra Moldavia, jugamos nuestro peor encuentro de todo el campeonato. La única explicación para este suceso es el cansancio acumulado. Iván jugó mal.  Una temprana mezcla de variantes, lo llevó a una posición incómoda, la cual, a pesar de todo, presentaba posibilidades para el equilibrio. Pero reaccionó de forma equivocada, y se quedó sin recursos para una mejor resistencia. Rodrigo no se sintió cómodo en ningún momento de la partida. Eligió una variante muy combativa, pero se perdió en las complicadas maniobras. Pese que su posición era levemente inferior, consiguió crear caos y equilibró la situación. Llegó a un final endemoniado, muy difícil de evaluar y de defender, aunque creo que el resultado natural de esta partida debería ser tablas. La derrota llegó después de una ardua resistencia. En mi partida intenté jugar una línea lo más compleja posible. Y en algún momento de la misma, incluso me arrepentí de la elección. Pero las dificultades que presentaba la posición hicieron que mi rival jugara de forma dubitativa. Cuando llegamos a una posición equilibrada, con posibilidades mutuas, mi contrincante empezó a equivocarse de forma decisiva. Hugo perdió el rumbo en una fase muy temprana de la partida, y seguidamente cometió un error decisivo. No tuvo ninguna posibilidad de complicar la posición.

 En estos tres encuentros decisivos, ninguno de los cuatro tableros sumó más de un punto.

 La calidad de nuestros rivales fue elevada, y el nivel de nuestras partidas fue correcto. En todo momento nos presentamos como un equipo combativo, y prueba de ello es que sólo hubo 5 partidas tablas, en menos de 20 jugadas, de las cuales, 4 corresponden a Iván y 1 a mi.  Las tablas de Iván no se deben considerar como una actitud de poca lucha, ya que el primer tablero enfrenta a los jugadores más duros. Respecto a mi partida, con las piezas blancas, cometí una imprecisión y quedé en una posición levemente inferior, y cuando mi rival me ofreció tablas no pude rechazarlas.

 Perdimos demasiados encuentros, algunos claramente evitables. Creo que este fue nuestro principal problema. Sólo el estudio y el análisis de las partidas disputadas ayudarán a comprender este hecho.

 Las derrotas afectan a  casi todos los equipos: sólo el campeón, Ucrania, se mantuvo invicto, lo cual indica la enorme dificultad para evitarlas.  

 Al analizar las derrotas, descubrimos que éstas tienen más de una lectura. Por ejemplo, la penúltima ronda enfrentó en uno de los encuentros decisivos a Ucrania y Francia. Ucrania lideraba la clasificación. Los únicos que le seguían a un punto eran Rusia y Francia. El enfrentamiento acabó con una victoria contundente de Ucrania por 3,5 a 0,5, dejando casi sentenciada la medalla de oro. Fue una terrible derrota para Francia, ya que una victoria les daba posibilidades verdaderas de ganar la Olimpiada. Fue la única derrota del equipo francés en todo el torneo. Ante este estrepitoso resultado sólo podemos afirmar de forma clara que Francia tuvo un mal día. Pero nada sabemos si esta derrota fue consecuencia de una actitud muy ambiciosa, o al contrario, muy conservadora del equipo francés, o simplemente que los jugadores ucranianos tuvieron un día muy inspirado. Como he dicho anteriormente, sólo podremos encontrar respuestas a estas dudas si analizamos profundamente las partidas del encuentro.

 A todos nos gustaría que en el futuro el equipo nacional consiga actuaciones excelentes. Para mí una actuación excelente tendría los siguientes registros:

11 encuentros                  + 7    = 2    - 2

44 partidas                      + 17  = 22  - 5

 Estos encuentros serían contra 9 equipos de ranking superior y 2 de ranking inferior.

 Estos parámetros deberían ajustarse si en un futuro, subimos nuestro RI. Si un día iniciamos la Olimpiada con el RI 25, es evidente que jugaremos con más de dos equipos de ranking inferior.  

Este ligero análisis sólo pretende dar una explicación de nuestra actuación. No busco cambiar las consideraciones que los ajedrecistas chilenos puedan tener de la misma. Sólo aporto más argumentos. En ningún caso los jugadores estamos satisfechos con el resultado final. Cuando un deportista no consigue sus metas, sufre una decepción, y ésta se multiplica cuando se trata de un evento colectivo. Puedo asegurar que la sensación de frustración nos invadió el último día.

 

Otras reflexiones

En todo momento existió un buen ambiente de compañerismo, y durante las partidas, la actitud de los jugadores fue muy profesional. Tal y como se ha visto en anteriores Olimpiadas, es característico del equipo chileno su enorme competitividad. 

Respecto a los capitanes de nuestra delegación, creo que realizaron una correcta actuación. La figura de los capitanes no solamente regula el equipo que debe presentarse en cada ronda, sino que llegan a hacer funciones de delegados, preocupándose de diversos temas como por ejemplo,  los desplazamientos.

El equipo femenino tenía como capitán a Mauricio Carvallo. El equipo masculino tenía como capitán a nuestro primer tablero, Iván Morovic.

El hecho de no disponer de un capitán que se pudiera dedicar exclusivamente a las funciones propias, hizo que Iván tuviera que realizar más esfuerzo.   

Mauricio colaboró en todos estos asuntos, tanto del equipo femenino como del masculino, ayudando a solucionar los problemas que se presentaron, acompañado en muchas ocasiones por nuestro quinto tablero, Eduardo Arancibia. La labor que desempeñó Mauricio nos alivió de preocupaciones al resto de la delegación.

Mauricio también enviaba crónicas diarias que se publicaban en la página web de la Fundación Chilena de Ajedrez, las cuales acercaban la Olimpiada con sus anécdotas, especialmente del equipo nacional, a los lectores. De estas crónicas, algunas fueron muy logradas y creativas.  Pero para mí hay una muy desafortunada, la novena, de fecha 29/09/2010, cuando en los “Apuntes”, hace referencia a la GM Judith Polgar, la cual no pude comentar personalmente con él, ya que la he leído después de la Olimpiada:

“Casada y madre, la GM húngara Judit Polgar acusa en su físico el fenómeno de jugar solamente con hombres y estar rodeado por ellos. No se maquilla y viste casi exclusivamente pantalón y chaqueta de mezclilla, tenida que adorna con un pañuelo de deslucidos colores. Lo más femenino de ella es su largo pelo rojizo.”

Quizás, producto del cansancio que todos sufrimos, equivocó los términos al referirse a la GM Polgar, la mejor jugadora de todos los tiempos, con registros que ningún jugador ni jugadora chilenos han alcanzado nunca. Pero por lo que conozco a Mauricio, estoy seguro que no existe mala intención, y que se trata de un error como el que cometí yo en mi encuentro contra Alemania, simplemente producto de un mal día.

Tengo la seguridad que todos hubiéramos reaccionado enérgicamente si algún medio se expresa de esta forma respecto a alguna de nuestras jugadoras.

La intención de comentar este asunto no es más que presentar una disculpa colectiva a la GM Polgar.

Respecto a Iván, capitán del equipo masculino, nos ayudó en todo momento. Una de sus sugerencias más destacadas, fue que combatiéramos la sólida variante Eslava, con la “todavía más sólida” variante del Cambio. He de decir que, para nuestro propio asombro y como elemento sorpresa, cumplió con creces su función. La toma de decisiones con respecto a las diferentes alineaciones que podía presentar el equipo, no fue una de sus mayores preocupaciones. El motivo fue que sólo tuvo que decidir en el cuarto tablero. Los tres primeros tableros jugamos las 11 partidas. La alternancia en un solo tablero, sólo se puede explicar por la relación de fuerzas. Esta situación repercutió en los resultados de las últimas rondas, ya que el equipo llegó excesivamente sobrecargado. Quizás, en algún momento, debió asumir algún riesgo, dando confianza a nuestro cuarto y quinto tablero.  Pero entiendo que no tomara esa decisión, más teniendo en cuenta, que ni siquiera se nos ocurrió al resto del equipo. Todo se iba desarrollando dentro de lo esperado, y en ningún momento imaginamos que la falta de descanso provocaría consecuencias nefastas en las últimas rondas.


                 En el aspecto estrictamente técnico, si me pidieran una selección de las tres mejores partidas del equipo nacional, propondría las siguientes:

1.       I. Morovic – M. Ragger               Ronda 2

2.       R. Vásquez – S. Bogner              Ronda 4

3.       S. Gretarsson – H. López            Ronda 9


Asimismo llamo la atención por la parte pedagógica, a pesar de los errores que presenta, mi final de torres contra B. Thorfinnsson, en la ronda 9. También quiero destacar el fantástico golpe de vista en la creación de planes que posee Rodrigo y del que se puede disfrutar en varias de sus partidas.

El equipo no llegó al torneo al cien por cien de sus facultades, por una falta de rodaje en alta competición. Quizás ésta sea la explicación más explícita de la actuación de todo el equipo. Iván consiguió el mejor resultado de todo el equipo, y su +2 es muy meritorio, por el nivel de sus rivales. Rodrigo jugó el ajedrez más ingenioso de todo el equipo, y sólo el cansancio no le permitió un mejor resultado final. Hugo tiene un ajedrez muy personal y muy incisivo, pero en todo el torneo no consiguió alcanzar su mejor nivel. Eduardo jugó tres partidas, y en ellas demostró una gran templanza. Sólo si hubiera jugado más partidas, habríamos conocido su verdadero estado competitivo.

Con respecto a mi actuación, no estoy satisfecho. Tuve un inicio desastroso, que sólo pude equilibrar en las últimas rondas. La calidad de mis partidas me parece baja, aunque la pude ir mejorando en el transcurso del torneo. La explicación de esta situación, puede ser producto de mi inactividad, ya que en los últimos años estoy centrado en la enseñanza del ajedrez. Cuando fui invitado a formar parte del equipo olímpico, informé de esta situación, y puse a disposición de los seleccionadores mi plaza, para algún jugador que estuviera más en forma y que consideraran conveniente. Concretamente pensaba en jugadores que compiten activamente en  España, como Daniel Barría y Luis Rojas, aunque no los mencioné, porqué desconocía si en Chile había jugadores con mayor proyección. Pero los seleccionadores confirmaron mi plaza. Nunca me he negado y nunca me negaré a formar parte del equipo nacional. Los anteriores dirigentes son los únicos que pueden explicar los motivos por los que no participé en anteriores ediciones. Una razón de aquella situación, podría ser que siempre he pedido una reglamentación clara y una remuneración adecuada. A pesar de que pude haber tenido derecho a formar parte del equipo, no lo exigí, porqué consideré que los jugadores que podrían ocupar mi lugar, especialmente si no habían tenido la oportunidad de jugar torneos en el exterior, tendrían una motivación especial al participar en la Olimpiada.

      
                 Reflexiones para el futuro

 Si deseamos mejorar nuestros objetivos deportivos, debemos mejorar la planificación. Está claro que lo que ha ocurrido en esta Olimpiada, no se puede repetir en el futuro. La improvisación es el primer indicio del fracaso.

 Venimos de una época plena de dificultades. Nuestros dirigentes condujeron al ajedrez chileno al ostracismo. La oscuridad llegó a su cima cuando Chile fue excluido de la FIDE. No participamos en la anterior Olimpiada, Dresden 2008. Los jugadores no podíamos competir en pruebas internacionales por carecer de Elo, con lo cual, tuvimos que resignarnos, de forma vergonzosa, a ser castigados porqué la Federación Chilena no cumplía sus compromisos internacionales.

 Actualmente aún padecemos las consecuencias.  Así, por ejemplo, sólo a última hora se confirmó nuestra participación en la Olimpiada, por carecer de la financiación correspondiente. Si no me equivoco, el último equipo inscrito en la Olimpiada fue el nuestro. Esto impidió una correcta preparación, tanto en la selección de  los jugadores, como en la puesta a punto de los que participaron. Jugadores como el GM Mauricio Flores o el MI Luis Valenzuela, quizás hubieran conseguido disponer del permiso correspondiente en sus actividades, si se hubiera organizado la participación del equipo  con suficiente antelación.

 Actualmente, el ajedrez no forma parte del Comité Olímpico Chileno. Desconozco exactamente qué consideración tiene el ajedrez para un organismo oficial como el Instituto Nacional de Deportes (Chiledeportes), en el cual su primer punto de Prioridades Gubernamentales, es “desarrollar el deporte de elite, a través de la reestructuración de las políticas de desarrollo deportivo y la implementación de un plan a cuatro años para descentralizar la política de deportes”. Si el ajedrez forma parte de este organismo, ¿por qué no recibe la atención correspondiente? Sólo si el ajedrez no recibe consideración de deporte, se entendería el abandono que padecemos. Sin el compromiso de las Instituciones poco podemos hacer.

 Si no se dispone de una planificación adecuada, con su correspondiente financiación, es muy difícil que tengamos resultados deportivos a nivel mundial. Tenemos el material humano adecuado para emprender proyectos a alto nivel. Nuestro primer objetivo sería disponer de una escuela de tecnificación de alto nivel, en la cual tendrían cabida los mejores jugadores de las diferentes categorías, para recibir la preparación adecuada. Esta escuela tendría ramificaciones en todo el territorio. Los diferentes maestros que disponemos deberían ser los encargados de dirigir y organizar esta escuela, encabezados por los GM Iván Morovic y Rodrigo Vásquez. Las nuevas herramientas del saber humano, como internet, permiten que las distancias desaparezcan, con lo cual se podría hacer llegar la enseñanza a todo el territorio nacional. No olvidemos que la implementación del ajedrez es una de las más económicas que existen en comparación con el resto de deportes. El único coste elevado es el del proceso de formación.

 Deberíamos competir en todas las pruebas oficiales de la FIDE en las cuales pueden participar nuestros mejores jugadores, sean infantiles, cadetes, juveniles, féminas o jugadores de élite absolutos, los cuales deben contar con el suficiente apoyo tanto técnico como económico.  

 Como muy bien acotó Eduardo, en el mundo cada día hay más países con mayor fuerza ajedrecística, y el esfuerzo que realizamos con nuestros mínimos recursos, hace que sea cada vez más difícil mantenernos en nuestro nivel, y prácticamente imposible progresar.

 Que el equipo juegue la primera ronda de la Olimpiada, después de un extenuante viaje y sin tiempo para descansar, no puede volver a repetirse en ningún evento internacional. El desgaste que el equipo sufre en las rondas decisivas, al carecer del descanso necesario, es elevado. Nuestra naturaleza nos permite adaptarnos a las dificultades con más o menos facilidad, pero en estas circunstancias no podemos aspirar a obtener resultados de alto nivel.

 Los organismos oficiales deben participar, junto con las Federaciones, en la creación de una planificación adecuada. Sabemos que los éxitos deportivos alegran a toda la nación. Nosotros estamos capacitados para contribuir a ellos, y disponemos de una ambición y una fuerza de superación inagotables. Al no tener el reconocimiento de las Instituciones, estos objetivos se convierten en lejanos.

 Un ejemplo claro de superación lo constituye nuestra Beatriz Mancilla, la cual, fuera de Chile, ha conseguido logros deportivos, y fundamentalmente, como dirigente. Durante años ha presidido la Federación de Ajedrez de Estados Unidos. Actualmente es una de las vicepresidentas de la FIDE.  

 La planificación debería ser nuestra seña de identidad.

 Todos los ajedrecistas chilenos debemos de una vez por todas unirnos, para trabajar por estos objetivos.

 GM Javier Campos